Ingresó a Casa Hogar gracias a una recomendación, donde cursó su educación desde sexto grado hasta graduarse en 2015. Destaca la ayuda altruista que recibió allí y recuerda especialmente a la señora Livia de Gutiérrez, con quien tuvo estudios bíblicos. Al terminar sus estudios, Sindy regresó a su pueblo y decidió formarse en Atención Integral a la Primera Infancia, inspirada por su experiencia en Casa Hogar. Posteriormente, complementó su formación con un curso en Pedagogía y Psicología Infantil para fortalecer su perfil profesional.

Mi nombre es William Caboya. Conozco la biblioteca desde hace un año y medio; la descubrí por curiosidad cuando pasaba por el barrio Ricaurte. El aporte de la biblioteca ha sido muy grande, ya que me ha ayudado bastante. Es uno de los mejores lugares para estar, y la considero como mi segundo hogar. Las profesoras son muy serviciales y especiales. Agradezco enormemente a la biblioteca por abrirnos las puertas y brindarnos su servicio.

He tenido dos niñas allí: Gabriela Velázquez, que ha cursado los grados Jardín y Transición, y Elizabeth Velázquez, quien ya terminó Jardín y actualmente lo está repitiendo. Estamos muy, muy agradecidos, como núcleo familiar, por el gran apoyo que nos han brindado en la educación y el acompañamiento constante a nuestras niñas. Ha sido excelente. Agradecemos por los alimentos, por las salidas pedagógicas y por cada uno de los pequeños detalles que les han ofrecido a nuestros hijos. Todo esto se evidencia que ha sido hecho con mucho amor.

Estuve 10 años en el programa de Casa Hogar; Ingresé cuando tenía 9 años. El programa me sirvió mucho a nivel personal, ya que me ayudaron en varios aspectos, como en la toma de de Aprendí muchas cosas y conocí a muchas personas, a quienes agradezco hasta el día de hoy. Me gusta apoyar estos temas porque me hacen sentir cercano a mi infancia ya esos momentos

Yo me llamo Mario Humberto Mora. Soy de Bogotá. Fui indigente, un habitante de la calle, hace aproximadamente 8 o 9 años. Actualmente, vivo en la Fundación Servimos, la cual me ha servido muchísimo. ¿En qué? En la alimentación, el alojamiento, la higiene, la salud, y la ropa. He recibido buena atención, un buen lugar para dormir y, sobre todo, disciplina, algo fundamental en la Fundación. Estoy muy agradecido con don Carlos, con su madre, y con todos los representantes y funcionarios de la Fundación Servimos.

soy la mamá de Tiago. Él fue estudiante del Jardín Servimos y el año pasado cursó Transición. Estamos muy agradecidos con la institución, especialmente con el trabajo de las docentes y el área de Psicología, a cargo de Angie León. El proceso fue espectacular y siempre estuvimos agradecidos con ellos. El cuidado que le brindaron a Tiago, así como el proceso que llevó, fue excelente. Trabajamos con psicología y, adicionalmente, la intervención de Angie fue como una especie de Terapia Ocupacional, lo cual fue maravilloso. Tiago avanzó bastante, sobre todo gracias a la dedicación y preocupación de ella por su progreso.